Vuelo 18.00h. del 13/05/2023
Hoy dejo el traje de piloto de emociones en el armario.
Hoy no toca volar emociones.
Hoy el único pasajero se llama N.
Y no acompaño sus emociones sino su Alma desde la mayor de las humildades de las que se puede vestir Andrés.
No pediremos permiso a torre de control para despegar sino a Dios para acompañar en el tránsito a mi hermanito pequeño al que abrace en la planta de oncología hace 6 años.
Sonó el teléfono a media mañana, iba camino de un precioso encuentro con much@s de mis niñ@s a los que desde la Fundación les habíamos organizado un día de piscina, juegos, pintacaras y tatuajes.
Llegué, mis familias me abrazaron una a una, sentí el sentido de mi vida en cada uno de esos abrazos.
Pero aquella llamada me invitaba a ser ágil en mi visita y dejar el tiempo casi justo para que mis niñ@s me hicieran un tatuaje.
El primero de mi vida pero con todo el sentido.
Hoy tocaba desplegar las alas de Unicornio para a lomos de toda su blanca majestuosidad cabalgara N. camino a su hogar.
Alguien me volvió a susurrar al oído que me esperaría.
Llegué al hospital, subí a la planta y asome mi presencia a la habitación 417.
Su madre postrada a su lado alzó su mirada y me invitó a pasar.
La abrace y salimos de aquel espacio para permitirse romperse una vez más en mis brazos.
En ese momento salieron estas palabras de mi boca «vengo a llevármelo».
No me preguntéis, quizás el Ángel Azrael se apoderó de mí y habló.
Curiosamente la madre me lo agradeció y me pidió que lo hiciera.
Entonces entramos en la habitación.
Su Alma y la mía se saludaron y mi todo abrazo a su padre, abuela y hermano.
Me coloque junto a él y pose mi mano derecha en su rodilla y la izquierda en la espalda de su hermano que cogía su mano y no paraba de hablarle.
Ojalá hubiese podido grabar la conversación de un chaval de 15 años a su hermano.
Entre momentos de derrumbe le pedía que descansará otorgándole el permiso para marcharse.
Sin darme cuenta estaba situado en el cabecero donde pude conectar con su tercer ojo y con todo el respeto os describo nuestra conversación.
Hola Andrés gracias por estar aquí, es un regalo N. ya lo sabes.
Como también sabes que nos tenemos que marchar.
Bueno Andrés y si me quedo un ratito más, N. sólo un ratito vale?, y nos vamos.
Pasado ese ratito me dijo, Andrés cuando quieras, entonces sucedió ña Magia.
Como dos seres astrales sin físico alguna nos elevamos y atravesamos una de las ventanas de la habitación, una vez fuera N. se giró y moviendo su manita de despidió por última vez de tod@s l@s presentes.
Comenzamos a elevamos hasta entrar en ese famoso túnel en el que nos esperaba in señor de avanzada edad con mucho pelo y gafas.
Cogió la mano de N. y con una carita de felicidad inmensa se separó de mí.
Una vez en la habitación de vuelta me mantuve un rato apoyado en la pared hasta que decidí marcharme haciéndome invisible.
Quería compartir con su madre la experiencia pero no quería levantarla de la silla desde donde cogía la mano de su hijo.
Así que decidí emprender camino del ascensor cuando sentí una sombre detrás de mi.
Era su madre que quizás me vio marchar y alguien la empujó a buscarme.
No abrazamos y le conté. Quédate tranquila que ya está donde tu querías, su cuerpo se apagará en cualquier momento.
Con un agradecimiento infinito se despidió.
Al ratito de llegar a casa en mi WhatsApp el mensaje que confirmaba que su corazón se paró.
La conversación entre N. y yo me.la guardo en mi templo Sagrado y agradezco desde ese Templo donde habita mi Esencia Divina el Regalo y el privilegio de poder ser en esta vida quien acompañe a mis niñ@s en el tránsito.
Desde la palabra difícil desde los hechos y el ejemplo GRACIASSSSSSSSSS 🙏🙏🙏
AMANDOTE SIEMPRE N.
Fdo. Pilotodeemociones