Ser siempre un niño es el secreto de la eterna niñez.
53 años y un columpio parece que no es muy lógico.
Quizás lo lógico sea haber olvidado ser es@ niñ@ que eres para convertirte en un@ adult@ aburrid@ y monótono trabajando horas y horas, ilusionad@ con que llegue el viernes para dejar de trabajar, mantener un matrimonio marchito falto de ilusión o proyectos en común, esperando que vuestr@s hijos crezcan lo suficiente para entregarles un móvil o cierto grado de libertad para liberar la carga que supone la responsabilidad de ser padres.
Impregnados de creencias limitantes inculcadas por mamá o papá que os encarcelaron en un sistema lleno de miedos para haceros esclav@s de sus leyes y privaros de vuestra Libertad, de vuestra Verdad.
Hoy como cada día sigo siendo un niño, en un parque infantil de mi ciudad con 53, canas y chaqueta sin corbata.
Hoy abrace mi esencia y la disfrute, la viví, la sentí con otr@s niñ@s casi de mi edad, sin importarme quien pasara por allí, que opinaran o como me miraran.
En mi mundo rodeado de niñ@s aprendí que ell@s son felices, que viven el momento presente, que su enfermedad no les va a privar de ser quienes son, que se puede sonreír sin pelo, con vómitos y dolores y a veces caminando hacia la muerte.
Yo como tod@s vosotr@s también camino hacia ella, pero puede que no sepáis que cada momento que os perdéis ya no lo podréis vivir.
Con el miedo que acelera la llegada de ese momento sin daros cuenta y que en un chasquido de dedos dejáis de estar aquí.
Tentré 100 años y seguiré siendo niño, seguiré viviendo si miedo a la muerte porque mi marcha será el punto y seguido del fruto de todo lo sembrado para que otr@s sigan regando la semilla de Amor que un día mi hijo me entregó para ser plantada en miles de corazones.
Un niño de 53.
Volamos?
Por: Andrés Olivares pilotodeemociones